Vender bragas usadas: ¿una idea descabellada? ¡En absoluto! Al tratarse de una práctica fetichista que suele considerarse vergonzosa, nadie habla de su afición por las bragas usadas en público ni de su deseo de vender su ropa interior usada. Sin embargo, este fetiche existe y lo comparten muchos aficionados por todo el mundo... ¡Y los aficionados españoles pueden encontrarse en Vende tus bragas!

El origen del mercado de la ropa interior usada

Comprar y vender ropa interior usada es un fenómeno que surgió y creció rápidamente en Japón en la década de 1990. Además, como se imaginará, en el país del sol naciente, ¡las bragas gozan de una imaginación erótica muy potente!

Comprar o vender bragas usadas es una subpráctica de la burusera, el fetiche por la ropa interior femenina o, incluso, masculina. Y como hay tantas fantasías como fetichistas, la burusera abarca muchas categorías organizadas y detalladas: oler unas bragas usadas, ver cómo una mujer se quita las bragas que ha llevado puestas todo el día, añadir una dimensión monetaria a la compra de la ropa interior usada de una determinada mujer, etc.

Nacida en Japón, la burusera se extendió posteriormente por todo el mundo a través de Internet: vender bragas usadas se convirtió poco a poco en una fuente de ingresos y de placer intelectual para las mujeres. Y rápidamente el mercado se amplió para incluir todo tipo de ropa interior usada: como medias o leotardos que olieran, sujetadores usados, calcetines y cualquier prenda de lencería que pueda imaginarse.

En otro orden de cosas, ¡los juguetes sexuales y los zapatos usados son un clásico que muchos hombres también están interesados en comprar!

¿Por qué vender bragas usadas?: los beneficios para las mujeres

Aunque no resulte obvio al principio, hay dos razones principales para que las mujeres vendan sus bragas usadas: ¡dinero y fantasía!

Ganar dinero vendiendo ropa interior usada

El dinero: ¡una razón tan simple como antigua! La venta de ropa interior usada puede ser muy lucrativa, sobre todo si se tiene cierto sentido de marketing. Se trata de una forma segura y sostenible de ganar dinero por Internet: ¡siempre habrá hombres dispuestos a comprar unas bragas que haya llevado una mujer!

Las mujeres pueden vender sus bragas usadas por primera vez de forma muy rápida y sencilla por unos 25 euros: este es el precio medio que se encuentra por Internet. Y esto sin cumplir ninguna fantasía específica que puedan tener sus clientes. Basta con crearse un perfil en Vende tus bragas, rellenarlo y poner fotos de su ropa interior... En poco tiempo, ¡el artículo encontrará un comprador!

Y con un poco de esfuerzo, vender ropa interior usada puede llegar a ser muy, muy interesante. Una vendedora llegó a vender unas bragas usadas con un olor muy intenso por la increíble suma de 3000 euros, ¡después de llevarlas puestas continuamente durante tres semanas!

Por supuesto, esto requiere cierta inversión de tiempo y esfuerzo, pero hay que admitirlo: merece la pena ;)

Alimentar las fantasías fetichistas de los hombres

Vender bragas usadas no es solo cuestión de dinero.

Con frecuencia, la venta de ropa interior usada ofrece una oportunidad para crear un vínculo especial con los compradores al compartir y alimentar sus fantasías. Las mujeres suelen sentirse muy valoradas, deseadas y admiradas. A aquellas a las que les gusta tener poder sobre los hombres juegan con ello, como las dominatrices, cuyas bragas usadas son muy populares.

Vender bragas usadas es una parte importante de la imaginación erótica de un hombre. Convertirse en un objeto de fantasía y éxtasis en la vida cotidiana: ¡también es una fantasía femenina! A las mujeres les puede proporcionar mucho placer intelectual ocupar la posición de amas de los deseos de otros.

A través de la venta de sus bragas usadas, pueden entrar en un juego de seducción y poder, una relación cotidiana, únicamente psíquica y fantasiosa, con sus compradores. ¡Y lo cierto es que este placer está muy extendido entre las vendedoras!

¿Por qué comprar ropa interior usada?: la explicación de esta fantasía masculina

Volvamos a la pregunta original: ¿por qué comprar bragas usadas? ¿Qué es lo que lleva a los hombres a poseer ropa interior usada?

El fetichismo por la ropa interior y el olor corporal

Como hemos comentado antes con la burusera japonesa, el fetiche por la ropa interior usada es una parafilia muy extendida.

Un placer culpable

En primer lugar, porque comprar ropa interior usada es un placer culpable oculto.

El sentimiento de vergüenza desempeña un papel importante en el erotismo. De hecho, ¡no hay erotismo sin vergüenza! Si todo el mundo asumiera por completo todas sus fantasías abiertamente y no viera nada malo en las de los demás, no serían algo tan excepcional y realizarlas no generaría tanto placer.

Comprar bragas usadas es algo que parce un poco prohibido, transgresor, atrevido. Y precisamente por eso, ¡es un placer!

Olores y sabores

Aquí también entra en juego el fetichismo por los olores corporales. A la mayoría de los hombres les gusta el olor natural de las mujeres, su propio perfume, sin disimularlo con olores artificiales. Este aroma es lo que buscan también cuando compran bragas usadas: cada mujer tiene su propio olor, y cada actividad que realice con la ropa interior tiene también su propio olor.

Un día de trabajo tiene un olor. Una sesión deportiva tiene un olor. Y, por supuesto, ¡un orgasmo tiene un olor! Por eso los hombres a veces piden bragas que se hayan llevado mientras se hacía una cosa u otra durante un tiempo determinado, para que el olor quede bien impregnado en el tejido.

La historia de una prenda de ropa interior usada

Básicamente, los compradores encuentran la ropa interior femenina sexy y excitante. Por cierto, ¡no importa el tipo de ropa interior que sea! Tangas, corsés, medias, bragas de encaje o unas simples bragas de algodón: la lencería femenina es siempre encantadora y agradable al tacto.

Pero la ropa interior se vuelve mucho más excitante cuando tiene una historia, cuando ha acompañado a una mujer en sus actividades, ha compartido un momento de su vida en su intimidad. Comprar unas bragas que ha llevado una mujer significa comprar ropa interior que ha pasado por cada centímetro de su sexo y de sus nalgas y que todavía conserva huellas de ello.

Tocar la intimidad de una mujer en particular

Vender bragas usadas es también regalar una parte de tu intimidad. Y eso es lo que buscan los compradores.

Poseen algo que perteneció a una mujer cuya feminidad admiran, una mujer que sueñan con tocar y amar. Una mujer que quizá sea completamente inaccesible para ellos, pero de la que, sin embargo, pueden poseer una parte de su vida cotidiana y de su existencia. ¡Es el olor de un sueño y una fantasía viviente!

Además, los hombres comparten con esas mujeres momentos realmente intensos, en los que intercambian sus deseos y fantasías sin tabúes. Esos momentos son únicos, crean una conexión especial entre ellos y esa mujer con la que sueñan, una conexión que toma forma y se concreta en un objeto: la ropa interior que lleva esa mujer.

Consejos para vender bragas usadas

Ahora vayamos al grano: ¿cómo se venden realmente unas bragas usadas que se acaban de quitar? Esto requiere un poco de organización, imaginación y habilidades de marketing.

Crear la fantasía: que la gente desee comprar su ropa interior usada

Para eso están las vendedoras: para crear y mantener la fantasía. Solo así conseguirán encontrar más adeptos para sus prendas de ropa interior y venderlas a un precio más alto. ¡Y además eso es lo que hace que esta actividad sea tan interesante!

Por Internet todo es posible. Uno puede sacar a relucir los aspectos más atrevidos de su personalidad, hablar por fin con total sinceridad o imaginarse a uno mismo como un personaje desde cero. Puede convertirse en una perfecta femme fatale, ¡una fantasía en carne y hueso!

¿Por qué no, por ejemplo, sacar a la dominatriz que lleva dentro? Una mujer independiente y perversa, apasionada por los juegos de dominación, que ejerce su poder sobre los hombres a placer...

O, si está más cerca, estar simplemente ahí para explorar sus fantasías y compartirlas con los hombres que conozca.

Rellene cuidadosamente su perfil y seleccione las fotos en función del personaje que quiera destacar. Ese personaje será su mejor argumento para la venta ;)

Cuidar bien el envío: vender bragas usadas con éxito

¡Vender bragas usadas es todo un arte! Hacerlo bien marcará la diferencia para el comprador, que estará encantado de volver a comprar a esa vendedora.

El envío debe hacerse en cuanto se quiten las bragas: no hay que perder tiempo, ya que se corre el riesgo de que pierdan su aroma. Por tanto, utilice siempre métodos de entrega exprés.

Un pequeño consejo para obtener grandes resultados: enviar la ropa interior usada en una bolsita de congelación para que conserven su suavidad, humedad y olor durante más tiempo.

La vendedora también puede considerar incluir una pequeña nota, o un pequeño detalle especial para su cliente.

Mantener la conexión íntima: crear un vínculo con sus clientes

La fidelización también es un paso importante en el negocio de la ropa interior usada. Si quiere que sus clientes vuelvan, debe mantener una relación especial e íntima con ellos, lo que irá en beneficio de todos.

Y el mantenimiento de este vínculo implica cumplir con los pedidos específicos del cliente en cuestión: responder a sus peticiones particulares, ya que son las más valiosas para él.

Por ejemplo, ¿cuántos días debo llevar puestas las bragas? ¿De día, de noche o en ambas situaciones? ¿Qué actividades puedo realizar con ellas? Enviar fotos o vídeos con las bragas puestas, etc.

Las mujeres que tienen éxito para vender bragas usadas son aquellas a las que les gusta, y las que son más inventivas y tienen un mejor sentido comercial.

Los diferentes tipos de peticiones de bragas usadas

¡Hay de TODO! Hay tantas fantasías como hombres. Es posible vender todo tipo de ropa interior, usada de muchas maneras diferentes.

Bragas usadas durante uno o más días

Esta es la petición más recurrente: vender bragas que se hayan llevado puestas al menos un día. Dependiendo de la petición, esto puede variar desde uno o dos días ¡hasta una o dos semanas! Cada uno tienen sus preferencias... Y son las mujeres quienes deciden si quieren aceptarlas o no.

Bragas usadas después de hacer deporte

Unas bragas pueden tener muchos tipos de olores, y el intenso olor de la transpiración después de hacer deporte puede resultar interesante para muchos hombres. Así, un par de bragas usadas durante una o más sesiones deportivas pueden ser objeto de peticiones especiales y, por tanto, ¡de un precio especial! Algunos incluso exigen la práctica de un deporte concreto.

Bragas de menstruación

Para algunos compradores, las bragas que se llevan durante la menstruación son las que más les interesan. Lo ideal es llevarlas al principio o al final de la menstruación, para poder dejar rastros de sangre sin que la falta de protección las deteriore demasiado.

Bragas usadas en un orgasmo

La humedad de las mujeres, o más bien su flujo vaginal, como se conoce científicamente, es algo que puede volver locos a algunos compradores Aquí el objetivo es comprar bragas húmedas, que lleven los rastros de la excitación y el placer de la mujer. El comprador puede pedir que haya tenido uno o más orgasmos con esas bragas, masturbándose de tal o cual manera.

¡Bragas 100 % a medida!

Por último, ¡no hay reglas para vender bragas usadas con una historia particular! Las únicas limitaciones son las fantasías de los hombres y el consentimiento de las mujeres. Puede pensarse en vender unas bragas que se han llevado en una salida de grupo o en una entrevista de trabajo o vender bragas usadas durante una salida a un club nocturno, etc.

El único límite es su imaginación ;)

Passionnée par le sexe dans toutes ses dimensions, je m'efforce toujours de donner les informations les plus complètes à mes lecteurs ! Je suis pour une sexualité libre, épanouie et éclairée, qui permet aux femmes de s'affirmer et de gagner en confiance en elles.